martes, 5 de agosto de 2008

A merced de...



estoy aquí, en mí,

a merced del fuego

que crepita en mí,

del aire

que suspende y expande

en mi,

de la tierra

que sostiene y conserva

en mí,

del agua

que disuelve contornos

en mí, en vos

quién asoma

sino el sediento

el desesperado

que avanza

rasgando el velo

penetrando la cúpula

del tiempo

capturando un colibrí

en pleno vuelo

porque algo se lo entrega

a él

que no se demora

en estar listo

como el néctar mismo

de la flor.

Alabanza es el secreto

Alabanza es el código

Alabanza es el trasporte

el salto cuántico

el disparador alquímico

del núcleo ardiente

del ser.


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