viernes, 2 de septiembre de 2011



August Rodin



Clones del que era


Compartíamos el mismo

par de zapatos.

Creo que también

el mismo espacio

áureo.

Salían golondrinas

de los ojos abismados

Una vibración delicada

y única

era la precisión

del encuentro.

Génesis , decía yo,

la misma génesis.

anónimo


Ardiente y maravillada

el alma sobrevolaba

mundos olvidados

y cruzaba un puente

milenario

lleno de éter,

frecuencia ondulante

donde estar presente.


Tanta mirada para

ser uno

August Rodin


Un viento enrarecido


alteró los circuitos

y una garra oscura

comenzó a socavar.

Y ése que era

uno conmigo

se multiplicó

como una cadena

de espejos

donde aparecieron

clones del que era.

Y entonces mi amado

fué

una camada de lobos

al acecho

arrancando pedazos

a lo íntegro.


Enalbando un desierto

escuché su voz primera,

ésa que habla sólo

en el Principio.


Y esa promesa sostuvo

el abismo mismo

en vilo

el alma alineada

en secuencia póstuma

siempre más allá

de sí misma

de lo encarnado

carnada de otra alma

sedienta

acoplándose en el misterio

August Rodin



de transfigurarse.

No se sostuvo el infinito

abrazo resguardado,

y fueron activándose

las más antiguas masacres,

los atentados,

como si una fuerza

contraria

llevara todo

August Rodin


a tiempos arcaicos

a estadios primitivos.

Y así él,el que amaba,

el sublime,

fué un chacal en la sombra.

El alma fué quebrada

inconfesables veces,

y una lucidez extrema

obligada a discernir

la paja del trigo.



viernes, 26 de agosto de 2011




sin opción



que sea lápida


esta piedra

de condensaciones

esta mazmorra

del dolor.


me habrán sacado

el corazón alguna vez?

con un cuchillo de piedra

en un altar de piedra

en nombre de la prosperidad

de un pueblo

subiendo escalón por escalón

sin opción en la mañana

de sol.


August Rodin



acá estamos


en este mortero

de purificaciones

donde el que machaca

exorciza

el rastro en la materia

pulveriza minuciosamente

todas nuestras identidades.

sabe que al fin

va a quedar

sólo

una emanación

de lo real.

domingo, 18 de abril de 2010






palabra


palabra pezuña

palabra garrapata

palabra estandarte

palabra conglomerado

palabra bestial

palabra azorada

palabra dícese en la cuerda

palabra ornitorrinco

y sobremesa

palabra dedos largos

arpas viejas

palabra arpón alcanzándome

ballena

palabra escondida

enceniza

palabra ardiendo

en agua

quemante vestigio

palabra encerrada

en tubo de órgano

en crisálida

en esperma

en geometría

activada



palabra que no digo

palabra está diciéndome

que me dice.


martes, 26 de agosto de 2008




En tu hemisferio


que cada ópalo

en tu hemisferio

derecho emerja claro

y cada roca de espanto

en el izquierdo sea

disuelta

mientras funcione esta

estafeta de alcances

luminosos

en medio del olvido

y entre innumerables

ejércitos de clones

tu pupila destelle

esa ternura mientras

la cordura sea

amasada y compartida

como un pan

por vos y por mí

será destilado

y sellado un holograma

que sostenga in tacto

a lo real.


lunes, 18 de agosto de 2008

El jardín del sueño


Trapecios en la curva

del aire

despidiendo mi vuelo,

diplomándolo.

Las patas de paloma

son pequeños corales,

sus ojos vacíos

como un instante de vértigo,

como chispas que escapan

de brasas todavía ardientes.



Escalinata del árbol:

en tu copa confirmo

octavas musicales.

Y los troncos dorados

como rocas

retiradas del espanto


que recuerdan el amanecer


en el desierto.



Miríadas de sables la mirada

del muerto

del que no amó la góndola

del cuerpo

del que dijo hasta luego

y era etéreo

del que sacó jazmines

del jardín del sueño

y repitió la toma

de película anónima,

gesto arquetípico-típico

de suburbio onírico:

arrancaba jazmines para ella

en Edimburgo, antes,

y en Cracovia, hace apenas un siglo.

Nunca dejó de hacerlo

ese rol siempre estuvo

cubierto

esa escena no se detiene

nunca:

una seriada del gesto

en un jardín virtual

y eterno.

martes, 5 de agosto de 2008

A merced de...



estoy aquí, en mí,

a merced del fuego

que crepita en mí,

del aire

que suspende y expande

en mi,

de la tierra

que sostiene y conserva

en mí,

del agua

que disuelve contornos

en mí, en vos

quién asoma

sino el sediento

el desesperado

que avanza

rasgando el velo

penetrando la cúpula

del tiempo

capturando un colibrí

en pleno vuelo

porque algo se lo entrega

a él

que no se demora

en estar listo

como el néctar mismo

de la flor.

Alabanza es el secreto

Alabanza es el código

Alabanza es el trasporte

el salto cuántico

el disparador alquímico

del núcleo ardiente

del ser.


viernes, 1 de agosto de 2008

Karma


Seudo apóstoles

del dolor

mis huesos registran

cambios de eras

éxodo de montañas

cadenas de encarnaciones.

Todas sus formas son monjes

cada creencia un sendero.

Karma del cisne en los Himalayas.

Redescubrir la quietud.

Ser en el inicio.

Ser El.


jueves, 31 de julio de 2008

El Bailarín


Anatomía plácida del junco

descansando en la danza

urdimbre de las hojas

reflejando la mente

solitario el sonido

se posesiona

del vacío

y crea espacio

inmutable el camino

recibe innumerables pies

sólido el corazón

es el soporte

lejano el anhelo

como hijo pródigo

amante el retorno

enciende el fuego

y la barbarie escapa

al abismo

porque llegó el bailarín

el de los pies de seda

el que baila como un látigo

de luz.

domingo, 27 de julio de 2008

la forma brotando


La maratónica cifra

de lo hallado

dejó atrás

a lo inhallable.

Ese es mi tiempo.

Y viajo, portadora

de tréboles victoriosos,

por caminos de éter.

Descalza.

El inconmensurable

amor reunido

en el centro

solar

de una flor.

Démonos respiro.

Podríamos desfallecer

de tanto olvido, desintegrarnos

en el saludo áureo

del limón.

Habito un cuerpo?

Mi respiración habita

todo

lo habitable: la caricia

estremecedora de la lengua

de la vaca, el arco

de los pies

de los atletas, la nuca

tibia

del bebé en la hora

de su siesta, los mapas

de este viaje.

Habito el monte

de la luna, el monte

de venus, el médano

recién corrido por el viento.

Tu ojera negra de tribulaciones,

tu resplandaciente

lágrima.


Habito hasta el gorgoteo

de saliva

en tu garganta, estalactitas

lánguidas del hielo

del olvido, el surco

amable

del zapallo, el resplandor

del fuego enajenado

en el leño, la tibieza

prometedora

de la lana en tus medias.

Habito el alcance

milenario en la mirada

de la cabra, el roce

indescifrable del pez

con el agua, la burbuja

de silencio contenida

en todo

lo que es, la pulsación

del universo en cada una

de las yemas

de mis dedos, la luz

en los diamantes, la forma

brotando

de la idea, la música

emitida en el nacimiento

de la forma, el color

añadidura del brillo

de la idea.

Habito la orilla misma

de tu nacimiento y el mío

y aún, no tengo

cuerpo.

viernes, 25 de julio de 2008


Partitura


Partitura

Partición

Organo empírico

Fruto del diseño

destellante

Mantra del hambre

de lo pránico

sustancia en el puente

cielo de mi garganta

atribulada voz de la tribu

potente sonoridad

del Cristo

en el desierto.

Hubo una catacumba

de mandatos precisos

de terrores inmediatos

pero en el arrebato

de frecuencias más altas

cayeron las vendas

de mi ropaje y suspendidas

flotan en el éter

como si fuera en agua

esas gasas grisáceas

de mi mortaja

disparan un diseño

que libera

y abandono

el dígito la causa

abandono

el martirio el entramado

denso del alma las razones

y me suelto a la danza

de otra octava.

miércoles, 23 de julio de 2008



Lo inaudible.

La pastora extendió su rebaño

sobre el monte del cuerpo

y su mirada atravesó umbrales

del tiempo

arquitecturas primeras

estructuras dedicadas

al valor del vacío.






Sólo en el desierto

el templo es nítido.

Puerta virtual 

de pasaje álmico.

Proyección sonora

de lo inaudible.

 Reverberación del primer

 grito en la placidez

de la conciencia.





Lo innumerable


Cómo puedo dormir

cuando soy eso despierto

en el ojo del sueño

de Dios

mientras me sueña?


Cómo puedo creer

que estoy sola

cuando lo innumerable

que es

está en mí

y yo en él.

Despojada de mí

para siempre

sólo testigo iluminado

de los contornos

que no tienen fin.




Arde


Desataron los caballos


del miedo

y comenzó el caos:

palabra galopada.

Precipitación de genes

galopando

galopándome.

Furia de antecesores

dormidos,

conquistadores sin

párpados,

anhelando la gota

perlada de identidad.

Este azufre errante

este mercurio que sangra


sucede en mí.


Finalmente


yo soy la zarza


que arde.